martes, 10 de noviembre de 2009

Castell de Guàrdia

La omnipresencia del Castillo y Colegiata de Mur, hacen que el humilde Castillo de Guàrdia pase poco menos que desapercibido.
Documentado desde el 1012, su origen como núcleo se pierde en el tiempo; es en todo caso anterior al año mil y al proceso de "incastellamento"
El castillo pertenecía a los Condes de Pallars Jussà, siendo agregado y constituyéndose en posición avanzada del de Mur; al ser éste otorgado como dote a Arnau Mir por Ramón V en el 1055.

Aquí vemos la cresta sobre la que se sitúa, poco antes de llegar:

Para acceder al mismo, debemos tomar la misma "carretera" que lleva hacia Mur; una pista a la derecha, cerrada con una cadena, es el punto de partida. También puede accederse algo más adelante, donde una señal nos marca la senda que transcurre por lo alto de la cresta. Hemos escogido éste último camino.

Desde aquí ya atisbamos entre la vegetación su iglesia, dedicada a Sant Feliu, y la pista que viene por la derecha.

De nave única y estilo lombardo, le faltan la cubierta, el hastial de poniente y la portada.

Se aprecian varias reconstrucciones o "manos" en sus muros.

A unos pasos de la iglesia ya podemos ver el castillo.

Su torre triangular, con un ángulo redondeado, no deja de recordarnos a Mur; mide 8 metros de altura y dispone de una ventana larga en su cara Este.
Se ha conservado del muro Norte, un paño de 24 metros de largo por 3 de alto.

Al acceder al castillo, veremos a nuestra izquierda un pequeño mirador hacia el río:

Se han instalado sendas placas donde podemos identificar lo que vemos en el horizonte. También se muestran varias rapazes habituales de la zona.

Y aquí vemos la entrada a la torre, unas cadenas de dudosa utilidad rodean parte del recinto.

En el muro podemos ver cinco aspilleras.

Por aquí subimos al primer nivel de la torre. Tiene tres, hechos de rejilla metálica y sustentados sobre vigas de madera.

Desde la ventana del primer piso vemos éste panorama.

No existe escalera entre el primer y segundo nivel, tampoco del segundo al tercero, como puede comprobarse en la imagen; tomada desde lo alto...adonde hemos subido escalando la pared.

El piso superior no cubre toda la superficie interna de la torre, es una rejilla rectangular de 80cm. de ancho aproximadamente, por lo tanto subir es una acción no carente de riesgo...(riesgo que el que suscribe asume con conocimiento de causa).

Las vistas desde la torre son espectaculares, (y eso que el día no acompaña demasiado).
Aquí mirando hacia el Montsec.

Hacia el Pirineo.

Y hacia Mur.

Alrededor del castillo se aprecia vestigio del antiguo poblado de Guàrdia, que descendió al llano fundando la actual villa de Guàrdia de Tremp(o de Noguera).

Al marchar se levanta algo el día, y vemos con más claridad la situación del castillo.

El entorno del castillo está muy limpio por fortuna. Merece que sea respetado éste pedazo de nuestra historia.
Antes de marcharme, decido asomarme al extremo de la cresta, para comprobar con gran alegría como el otoño viste al bosque con sus mejores galas.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Nadie en Comiols

El castillo de Comiols, documentado desde el 1010, se alza sobre una estrecha cresta rocosa orientada hacia el mediodía en la sierra del mismo nombre.
Su iglesia dedicada a Sant Romà, data del siglo XI, inscribiéndose en el estilo lombardo.
Dependiente primero de la canónica de Montmagastre, otorgada por acta de dotación por Arnau Mir de Tost en el 1054, pasó a depender de Sant Pere de Áger cuando la canónica se convirtió en priorato en el 1065.
En el 1072, heredaron el castillo Letgarda, hija de Arnau Mir, y su nieto Guerau Ponç, integrándose de éste modo en los dominios de los Cabrera, vizcondes de Áger, familia a los que perteneció durante los siglos XIII y XIV.
(Fuente:Catalunya Románica.Ed.Pòrtic)

En la siguiente imagen cenital del visor Sigpac, podemos ver la situación de la iglesia. Por su orientación, deja dos estrechos pasos en sus extremos.
Una casa fuerte a la entrada del núcleo antiguo, que limita el acceso al mismo por un estrecho sendero. Y finalmente la torre, vestigio más relevante de lo que fue el castillo.

La iglesia fue restaurada hace pocos años y presenta un aspecto impecable.

Ésta es su sencilla portada situada en el muro Sur, junto al que se halla un pequeño cementerio.

Aquí vemos su interior. El absidiolo meridional presenta un recrecido, que se refleja en el interior por un pequeño vano que ha sido tapiado.

Sobre el pequeño altar circular, libros donde podemos dejar constancia de nuestra visita.

Una sencilla pila bautismal. Nótese como el pavimento ha sido renovado totalmente, estando éste separado de los muros, por una franja de grava a modo de drenaje en todo el perímetro interno del templo.

Por lo que sea, sobre el absidiolo del muro Norte aparece una línea de "opus spicatum", deberemos hacer zoom sobre la imagen, poco antes de llegar a la cubierta.

Vamos ahora hacia la torre.

A la entrada del núcleo nos hallamos ésta gran casa, que ocupa la cresta casi por completo, dejando un estrecho paso junto al muro de poniente.

Parece ser que éste sería el núcleo antiguo del lugar, siendo las otras construcciones algo más cercanas en el tiempo.

La torre se halla en bastante mal estado, lo que es una verdadera lástima. Su altura actual debe rondar los 6 metros, 4.20 de diámetro interno y 1.60 de anchura en los muros aproximadamente.

El piso está sustentado por una bóveda, vemos el acceso, imposible sin una escalera.

Datada en el siglo XI, resulta curioso constatar en su interior, como en la base se utilizo el "opus spicatum"; siendo más arriba distinta la factura.
Bien que no sean las bases de una torre más antigua.

En la parte alta vemos los restos de lo que sería la parte más "nueva" del pueblo.

La hiedra se aferra a las ruínas.

Desde aquí tenemos una panorámica muy amplia, las vistas ya valen la pena el paseo; paseo que tal será sino disponeis de todoterreno: el "camino" es literalmente una barrancada.

A nuestro frente, Montmagastre.

Esta oveja perdida me ha acompañado en todo mi recorrido, es mansa y posa sin temor alguno para mi.
Sin duda porque no sospecha lo que me gusta el cordero...

El castillo de Comiols es relativamente popular y conocido, a pesar de ello, el entorno se halla impoluto. Por lo que hemos de suponer de los visitantes cierta conciencia que desde aquí agradecemos.
Por su misma localización es también relativamente solitario, por lo que la excursión nos llevará a un paraje pacífico, en un entorno natural realmente bello.