miércoles, 20 de julio de 2011

Montclús ( I ) La ermita de Sant Urbá

El Románico en la última frontera

Según nos cuenta la leyenda, la gente de Montclús era muy pecadora, y recibieron el castigo divino el 3 de Marzo de 1373, cuando un seismo de grado 7 arrasó el pueblo matando a todos sus habitantes. Tan sólo escapó a la tragedia una pobre viejecita que oraba en la ermita de San Urbano, ya que el templo resultó indemne.
La explicación geológica y lógica al fenómeno, se nos da de la mano de varios autores en el libro: "Montclús. Misterioso nacimiento y desaparición de un pueblo", que edita en idioma catalán el Instituto Geológico de Cataluña, dentro de la colección: "El lenguaje de las piedras", y que pueden adquirir por un ridículo precio siguiendo este enlace.

No voy a contar mucho más de lo que se explica en el libro, ya que es un trabajo completísimo, pero sí actualizaré las fotos de la ermita, que tras su acertada restauración ha quedado divina.
También es mi objetivo ayudar a la divulgación de uno de los lugares más fantásticos e impresionantes de los que pueden hallarse en España, este es sin lugar a dudas un sitio único.

El origen de Montclús es un misterio, aunque se apunta a que fuese íbero, en todo caso anterior al año mil, cuando ya era un pueblo con su castillo de frontera y con el puente sobre el Noguera Pallaresa bajo su custodia.
Los primeros pobladores que llegaron aquí, hallaron un profundo barranco flanqueado de grandes monolitos y agujas calcáreas, rodeados por laberínticos pasillos que ofrecían fácil defensa.
Un terreno agreste, fragmentado, de profundas grietas y agujeros insondables.
Fue en tres de estos monolitos sobre los que se levantaron castillo, iglesia y barrio bajo.
Las grietas fueron colmadas y se logró una superficie plana sobre la que construir por medio de argamasa. En caso de ataque estas tres agujas podían aislarse retirando los puentes de troncos que las unían.
Un pequeño barrio en el sector de levante asumía la vigilancia del puente, mientras que el barrio alto pendía sobre el precipicio al otro lado del barranco, unido al barrio bajo seguramente por alguna pasarela.

En el mirador que precede a la senda hasta Montclús encontramos este cartel, donde se nos marcan varios itinerarios.


Empezaremos visitando la ermita, singular en su diseño que se adapta al monolito sobre el que fue construída. Es de nave única con cubierta de cañón y cuenta con ábside y absidiola.
Podemos cotejar en éstas imágenes el bien que le ha hecho su reciente restauración, que no ha sido para nada fácil. No ha recuperado su cubierta de losas, pero al menos se ha reparado el interior y se ha techado evitando las filtraciones que la hubiesen llevado al desastre.
Esta era la destartalada puerta que me recibía allá en el 2009.

Y desde el otro lado.

En el interior se ha picado el revoco antiguo dejando vista la piedra.

Se ha eliminado también el antiguo coro que estaba en estado ruinoso, y se ha dotado a su ventana cruciforme de una rejilla, así como cristales en las ventanas del ábside para impedir la entrada de pájaros.

Como pueden ver, ha quedado que es un primor.

Si dije que la restauración fue trabajosa, es porque la situación del templo así lo manda. Aquí lo vemos junto al castillo.

Una imponente aguja frente a la ermita

Cuando salgamos por esta puerta y rodeémos la ermita veremos un paisaje único, de una dureza extrema.

Sí amigos, sobre ese enorme paredón resquebrajado se ubicaba el barrio alto de Montclús, que a consecuencias del seismo se alejó literalmente del lado del barranco sobre el que estamos.
Un barrio que el terremoto hundió y sepultó para siempre bajo toneladas de roca.
Lo veremos muy de cerca en una próxima entrada.


Por seguridad: En la ermita, castillo y barrio bajo, mucha precaución al acercarse a los bordes de la plataforma, están degradados a veces y la caída sería seguramente mortal. El monolito del barrio bajo está también cortado a pico, así que mucho cuidado con los bordes y las grietas.

En el circuito de los monolitos, cuando transitemos por el pequeño laberinto, tocar las rocas lo menos posible y caminar con precaución.("Emparedados" por la naturaleza tampoco podrán correr).

En el acceso al barrio alto a quien se atreva lo siguiente:
El tránsito por este terreno es bastante complicado, no hay piedra aquí que haya terminado de moverse. La fragmentación de las rocas es muy notable, así que hay que estar muy al tanto de adonde pretende uno subirse. También hay que mirar dónde y cómo se ponen los pies, existen grandes bloques inestables y el riesgo de quedar atrapados debemos considerarlo.
Los desprendimientos espontáneos tampoco son inhabituales, cosa que ya se deduce de la fragmentación rocosa.
Hay además profundas grietas y agujeros que la vegetación oculta y que pueden darnos un susto.
En fin, que existe cierto riesgo que el que suscribe ha asumido. De todos modos, toda precaución será poca en este terreno.

Les dejo esta imagen tomada desde el barrio alto para ir haciendo boca hasta la segunda parte...

6 comentarios:

sobreelterreny dijo...

Con todo el cariño y admiración del mundo te tengo que decir que ¡estas loco!
Muchas gracias por compartir tu sabiduría y tus andanzas, pero ten cuidado, ¿eh?

Yo también estuve antes del 2009. Tendré que volver a redescubrir Montclús y Sant Urbà.

Rubén Oliver dijo...

Ramón: Hay todavía por descubrir en Montclús, no he hablado de las huellas de dinosaurio, lo dejo para el avispado explorador.
Ya tengo cuidado Ramón, tranquilo, aunque se que me meto muchAs veces por donde no debo...pero qué quieres, soy así.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Felicitats pel article.
Gracias al libro he descubierto esta maravilla ......... parece "le 5 torri" de Dolomitas.
Suerte que han recuperado el lugar.
Atentament
Feliu de lleida

Rubén Oliver dijo...

Feliu: Es un lugar mágico para descubrir o redescubrir. Gracias por su comentario.
Un saludo.

Unknown dijo...

Gràcies per donar a conèixer racons del nostre territori!

Rubén Oliver dijo...

Trufas de la Ribagorza: Gracias a usted por su comentario.
Un saludo.